LA MÚSICA SE PARA EN LOS SILENCIOS. 2018.

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LA MÚSICA SE PARA EN LOS SILENCIOS

Tras el júbilo de estas fiestas, intensamente vividas con la proximidad de nuestra Patrona, blanco de miradas, oraciones y sentidos cánticos, iniciamos nuevo curso en el Centro Filarmónico; este espacio para la cultura donde la música, como colofón que nos atrapa a todos por igual, ha sido el nexo de unión entre varias generaciones. Y aunque la realidad no sean los acontecimientos que suceden en nuestra dimensión física, sino aquello que está pasando por la mente, en la esfera emocional, en breve espacio de tiempo nos ha sacudido la desaparición de varios compañeros. Tristeza por los lazos de afecto que nos unía y lo significado de su aportación al Centro; ahora la música se para en los silencios.

Vicente Rafael, un hombre abierto, inquieto y comprometido con la juventud y la cultura; imprescindible en el devenir de una larga etapa reciente del Centro Filarmónico en los ámbitos institucional, literario y artístico. Damián, la humildad, la prudencia; dedicación y trabajo en la sombra, en un segundo plano, donde él se sentía cómodo; y sin embargo, fundamental en la Orquesta, ensayos, enseñanza de la música y componente del Cuarteto de Cuerda, protagonista de tantos éxitos. José Ávila, Antoñita, Mari Carmen Cuenca -el ángel de las sopranos-, Manoli, Domingo Villatoro. Han aportado tanto… sus voces, su optimismo, su simpatía; esa alegre disponibilidad que delata a las personas generosas que se implican en una tarea, en un proyecto que nos compete a todos. Y un factor común: su calidad humana.

El Centro me ha regalado ser socio cuarenta años; veinticinco como miembro del Cuadro Artístico y en tareas de responsabilidad. Un prolongado período jalonado de episodios; rico en experiencias y sensaciones inolvidables aunque cueste hacer un viaje al otro lado del tiempo si éste se ofrece como el lugar donde habitan diversos personajes ya desaparecidos. Seguimos mirando al futuro sin perder de vista el pasado; si olvidamos de dónde venimos podríamos desviarnos del camino hacia dónde vamos. Y Aunque a veces los pasos lentos de la historia borran los límites entre la memoria y el presente, las secuencias del pasado permanecen cuando el filtro de los años ha sedimentado la riqueza cultural y humana que atesora nuestra Institución.

Difícil describir con hondura y sencillez a partes iguales la complejidad de este templo de la cultura; lugar de encuentro y vía para desarrollar los valores más nobles. Pero el motivo de este artículo era otro. Es penoso asimilar tantas ausencias en tan corto espacio de tiempo. Al Centro le duelen sus muertos. Se han llevado nuestro reconocimiento y el más cariñoso recuerdo. Descansen en paz. Su espíritu permanece para un futuro que se abre expedito y esperanzador a nuestros objetivos. Sirva de homenaje a todos los que nos han precedido.

Eustasio Moreno Rodríguez

Expresidente del Centro Filarmónico

Cabra, 10 de septiembre de 2018